Bueno, el viaje comenzó
una fría mañana de Octubre, tras levantarme a las 6:30 toco coger
carretera y manta para Madrid, en el camino, a la altura de Segovia,
recogimos a nuestra estimada Patricia y llenamos el coche hasta muy
cerca de su capacidad máxima, llegamos al aeropuerto de Barajas con
un buen tiempo de adelanto y primera en la frente el vuelo tiene un
retraso del copón, una hora según las señoritas del mostrador,
tras facturar con la frase de la señorita del mostrador, hoy puedes
facturar lo que quieras que no cobramos “usea” se barra libre de
maletas, nos vamos a la puerta de embarque donde minutos después nos
informan que el embarque pasa de las 12:15 a las 13:18 así que
nosotros aguerridos integrantes nos vamos a lo que mejor sabemos,
tomar un café y pasar el rato charlando.
El momento de embarque se
acerca y conseguimos salir del aeropuerto hacia las 14 de la tarde,
viva la puntualidad Germánica.
Tras un muy agradable
viaje por mi parte, llegamos a Munich, ciudad del motor y del Oktober
festival si la memoria no me falla, allí nos encontrábamos con la
mente dividida entre el deseo de llegar a Bremen o que nos ofrecieran
una habitación en un hotel y poder aprovechar para hacer turismo,
finalmente la eficacia alemana salio a relucir por fin y rápidamente
nos reasignaron el siguiente vuelo y pudimos embarcar en
inmediatamente.
Tras una hora de vuelo,
mucho mas aburrido por la carencia de buena compañía, nos pusieron
a cada uno en un sitio llegamos a Bremen, donde pronto la tragedia
nos sobrevino, el bueno de Juan habia comprado en Madrid una botella
de buen vino, Protos pa' ser mas exactos, sufrió una caída desde
altura de maleta siendo fatal para ella, corrió el vino tinto como
si fuera sangre...
Por hoy viene siendo to,
yo estoy instalado ya, un poco muerto de frió pero bueno y mañana
viajecito a Hamburgo para hacer papeles y poder ejercer nuestra
obligación cívica de votar el 20N, que como digo yo, manda huevos
en que monarquía bananera vivimos para no poder hacer el maldito
tramite por internet con nuestro maravilloso DNI electrónico.
Se despide el menda hasta
otra ocasión y aventura....
Samuel.
Samuel.
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